ORIENTACIONES PARA VENCER EL
MUTISMO ELECTIVO
Consideraciones
Los maestros informan que responden a textos impresos y, a
veces, contestan “si” o “no” con un movimiento de cabeza o señalando con el
dedo.
Aunque no se sabe porqué los niños manifiestan tal conducta,
es imaginable que en principio el silencio se utiliza ya sea como mecanismo de
defensa o de trato. Esos niños ven la escuela como algo aversivo y temible. Al
no comunicarse, disminuye en cierto grado la angustia en la situación escolar.
Sin embargo, aunque la ansiedad tiende a disminuir después de algunos meses en
el colegio, la conducta persiste. Es posible que esto suceda porque maestros y
alumnos suelen reforzar el silencio prestándole atención al niño. El silencio
incita a muchas personas a ver si pueden inducir al niño a hablar, con lo cual
le prestan más atención todavía. El refuerzo también puede estar en la evasión
de responsabilidades escolares.
Orientaciones
Es difícil dar orientaciones válidas para todos los casos,
especialmente en casuística tan compleja como la presente. Por ello
recomendamos que se tomen con prudencia las recomendaciones que siguen puesto
que quizá no sean del todo aplicables a todos los niños. Hay que entender que
el mutismo electivo puede obedecer a multitud de causas, coincidentes en su
mayoría en su aspecto afectivo, y que es un problema de la vida relacional e
íntima del niño.
El profesor deberá juzgar si las características del
niño permiten seguir las siguientes recomendaciones:
·
Si el alumno no se
comunica de ninguna manera es útil dejarle utilizar el lenguaje gestual.
Posteriormente se habrá de trabajar para que lo suprima.
·
Si el alumno utiliza ya
el lenguaje gestual, hacerse el desentendido y comunicarle que es imposible
saber lo que quiere.
·
No exagerar los contactos
afectivos, hacerlo de forma natural, ya que algunos de estos niños pueden temer
el contactofísico o afectivo o sentirse mal al quedar como centro de la
atención, al ser elogiado o acariciado de forma espectacular delante de sus
compañeros.
·
Tener en cuenta las
necesidades afectivas de estos niños.
·
Premiar cualquier intento
de comunicación, por mínimo que este sea, desde un susurro a una mirada.
·
No hablar por el niño, ni
dejar que ningún compañero lo haga por él.
·
No permitir burlas o
desprecios por parte de sus compañeros.
·
No hacer comentarios que aludan al
tema en presencia del niño.
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